Probablemente hayas escuchado el término «agente de IA» en conversaciones sobre tecnología o automatización. Suena complejo, pero la idea es bastante sencilla. Un agente de IA es un sistema, generalmente software, a veces hardware, que observa su entorno y toma decisiones para alcanzar un objetivo. No se queda esperando instrucciones. Observa, aprende, decide y actúa. Encontrarás agentes de IA entre bastidores en muchos lugares. Piensa en asistentes virtuales como Siri o Alexa, sistemas de recomendación en Netflix o Spotify, chatbots que aparecen en las páginas de atención al cliente o incluso en coches autónomos. No se trata solo de respuestas preprogramadas. Los buenos agentes aprenden de lo que sucede y mejoran con el tiempo.
Repasemos qué es lo que realmente los motiva.
Cómo funcionan los agentes de IA
Primero, necesitan recopilar datos. Estos pueden ser desde la temperatura de una habitación hasta lo que dices en tu teléfono. En un coche autónomo, son datos visuales de cámaras y sensores. En un chatbot, es lo que escribes. Una vez que tienen los datos, empiezan a interpretarlos. Algunos agentes siguen reglas básicas, mientras que otros ejecutan algoritmos complejos y modelos de aprendizaje automático. En cualquier caso, el objetivo es el mismo: comprender qué sucede y determinar qué hacer a continuación. Luego viene la acción. Esto puede significar responder una pregunta, mover un brazo robótico, apagar una luz, operar en el mercado de criptomonedas o realizar una operación en la bolsa de valores. La cuestión es que el sistema no solo procesa información, sino que la utiliza para hacer algo. Lo que hace inteligente a un agente de IA es su capacidad de aprendizaje. Recibe resultados, retroalimentación y consecuencias, y utiliza esa información para mejorar la próxima vez. Este ciclo de retroalimentación continúa funcionando, lo que significa que el agente no se queda estancado en su estado original. Crece con la experiencia.Los diferentes tipos de agentes de IA
No todos los agentes de IA funcionan de la misma manera. Algunos son muy simples, otros más avanzados.-
- Un agente reflejo básico reacciona a entradas específicas con acciones específicas. Piensa en una luz que se enciende al aplaudir.
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- Un agente basado en modelos crea una pequeña memoria de lo que sucedió antes y la usa para tomar mejores decisiones. Esto se asemeja más a cómo una aspiradora robot evita chocar dos veces contra la misma pared.
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- Un agente basado en objetivos parte de un objetivo claro y elige los pasos que conducen a él. Como tu asistente telefónico que te ayuda a establecer una rutina matutina basada en tu calendario.
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- Un agente basado en utilidades analiza todas sus opciones y elige la que ofrece el mejor resultado. Esto se refleja en la IA que gestiona inversiones o logística.
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- Un agente de aprendizaje sigue evolucionando. Toma toda su experiencia y la usa para perfeccionar su funcionamiento. Un buen ejemplo sería un chatbot que te comprende mejor cuanto más lo usas.